martes, 11 de noviembre de 2008

Los genes influyen sobre la conducta, pero el ambiente también.


No hay que darle más vueltas al asunto: hay evidencia de influencias genéticas sobre la mayoría de comportamientos y rasgos de personalidad humanos. Si los estudios en el campo de la genética de la conducta ya habían aportado muchos resultados en ese sentido, los avances más recientes en el campo de la genética molecular son aún contundentes, e indican claramente que determinadas versiones de algunos genes se asocian con algunos rasgos psicológicos. Sin embargo, eso no supone que tengamos que rebajar ni un ápice la posibilidad de influencia ambiental. A pesar de ello, aún seguimos observando algunas interpretaciones sesgadas y tendenciosas del concepto de heredabilidad.

Como muchos de vosotros sabréis, los estudios de gemelos y adopción que la genética de la conducta lleva a cabo suelen indicar un porcentaje de influencia genética, que puede ir desde un 20% a un 80% según los rasgos estudiados. De ahí podría deducirse que si, por ejemplo, la heredabilidad de la inteligencia fuese el 80%, la capacidad cognitiva de un sujeto estaría determinada en un 80% por sus genes, y el 20% por el ambiente y el azar. No obstante, hay que volver a decir que la heredabilidad es un concepto que hace referencia a la proporción de la varianza poblacional del rasgo en cuestión que es explicada por factores genéticos, es decir, hasta que punto las diferencias genéticas entre sujetos son responsables de las diferencias que presentan en un rasgo comportamental; se calcula dividiendo la varianza fenotípica entre la varianza genotípica:
h2 = Vgen / Vfen

Vgen y Vfen son varianzas, es decir, se trata de parámetros estadísticos que dependen de la existencia de diferencias en el rasgo en cuestión dentro de la población estudiada. Si no hay diferencias la varianza es cero. La varianza fenotípica se estima directamente a partir de las diferencias que los sujetos de la muestra presentan en el rasgo (inteligencia, personalidad, etc.). En cambio, la varianza genotípica ha de estimarse mediante la comparación de sujetos con distintos grados de similitud genética (hermanos, gemelos, adoptados).



(Pablo, me he permitido tomar el chiste de tu blog)

Por lo tanto, la heredabilidad es un parámetro poblacional que no nos dice nada de los determinantes de las características conductuales de un sujeto concreto. Tampoco nos da información acerca de las diferencias entre grupos: blancos y negros, hombres y mujeres, etc. Por ejemplo, si la heredabilidad del CI es de 0,6, ello significa que el 60% de las variaciones en CI de una determinada población, en un momento histórico determinado, se debe a diferencias genéticas. Lo que no quiere decir que en un sujeto concreto que presente un CI de 110, el 60% de su inteligencia esté determinada genéticamente, sino que si la media poblacional es de 100, seis de los diez puntos que separan a ese individuo de la media se deberían a influencias genéticas. De los 100 puntos restantes no podemos decir nada.

El índice de heredabilidad no niega la posibilidad de influencia ambiental sobre un rasgo, ni tan siquiera en el improbable caso de encontrarnos con una heredabilidad cercana a 1. Por ejemplo, si desde el mismo momento del nacimiento–no podemos controlar por completo las influencias prenatales- introducimos a un grupo de niños en una situación experimental de laboratorio exactamente igual para todos, con los mismos estímulos, la misma temperatura, la misma alimentación, etc., pero que conllevara cierta deprivación o carencia, lo más probable es que la heredabilidad de su inteligencia se acercase bastante a 1. La razón es que las experiencias ambientales habrían sido iguales para todos por lo que sólo cabría atribuir a la herencia las diferencias individuales. Sin embargo, ello no significaría que el ambiente no haya influido ya que con toda probabilidad sus CI estarían por debajo de 100 como consecuencia de la escasa estimulación recibida. Ello sugiere que si la heredabilidad de un rasgo fuese alta no podríamos deducir que ese rasgo no pueda ser modificado por la experiencia. Sólo nos indica que las influencias ambientales actuales no parecen afectar mucho a dichas características, aunque otras experiencias sí podrían hacerlo.

La genética de la conducta hizo aportaciones interesantes al estudio de la conducta, que a mediados de los 90 quedaron bien definidas. Por ejemplo, la evidencia de influencias genéticas sobre características psicológicas que tradicionalmente habían sido consideradas totalmente determinadas por el ambiente. O los conceptos de interacción o de correlación entre genotipo y ambiente, o la diferencia entre medio compartido y medio no compartido (ver aquí). Sin embargo, la situación parece haberse estancado, ya que en los últimos años no puede decirse que esta disciplina haya realizado ninguna aportación significativa al estudio del desarrollo o la conducta humana. Más que conocer el porcentaje exacto de heredabilidad de ciertas conductas, urge analizar los procesos mediante los cuales algunos genes ejercen su influencia sobre el comportamiento humano. Ahí queda tarea para las próximas décadas, pero ya hay datos interesantes. Por ejemplo, aunque nos mostrábamos muy escépticos al respecto, sabíamos desde hace algún tiempo de la heredabilidad de las actitudes políticas (ver aquí), pero no de los procesos que median esa relación. Pues bien, en una entrada anterior (ver aquí) me he referido a cómo las personas de derechas muestran reacciones más intensas de ansiedad y miedo ante estímulos amenazantes que quienes se declaran de izquierdas, presumiblemente por una mayor sensibilización de la amígdala. Esa ansiedad ante situaciones nuevas de riesgo potencial les llevaría a mostrar actitudes políticas conservadoras. Así, se puede hipotetizar que los genes influyen sobre la reactividad de la amígdala, y que esta, a su vez, lleva a determinadas preferencias políticas.






11 comentarios:

  1. Quiero felicitarle por sus reflexiones, me han ayudado a desarrollar un trabajo.
    Como estudiante en formación agradezco éste tipo de reflexiones sólidas que contribuyen a enriquecer el conocimiento.

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  2. Me alegra mucha que te hayan resultado útiles.
    Un saludo

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  3. En "La lógica del titiritero" acaban de colgar un post sobre este mismo tema. Por si te interesa.

    Saludos cordiales

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  4. Muchas gracias, acabo de leerlo. Muy interesante.

    un saludo

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  5. despues de leer sus reflexiones me parece interesante realizarle una pregunta debido a que estoy realizando un estudio y lo que se me ocurre preguntarle es como puede investigarse el grado de heredabiidad de los rasgos psicologicos, mi email es grau_88@hotmail.com, muchas gracias

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  6. Alejandro, no soy un experto en el tema, pero la heredabilidad de los rasgos psicológicos se calcula mediante estudios de gemelos y estudios de adopción. Es decir comparando sujetos con diversos grados de similitud genética y ambiental, y calculando la varianza (es decir, desviaciones respecto a la media) de los sujetos que es explicada por =
    variables genéticas o ambientales. En el artículo que
    encontrará aquí http://personal.us.es/oliva/GENETICA.pdf =
    describo brevemente estos estudios.

    Tu dirección e-mail parece que no es correcta.

    un saludo.

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  7. Hola Alfredo, me parece interesante tu blog, y como ando metido en una discusión con amigo que defiende el sociobiologismo, mientras yo soy sociólogo, te quyería hacer una pregunta para tener una respuesta con fundamento de un profesional. Lo que estudio como sociólogo, más que el comportamiento (que también, claro), es su sentido,la significación persona y social de esa conducta. Bueno, llwendo a tus comentarios, mencionas una cierta relación entre la ansiedad que provoca el peligro o la amenaza y el hecho de ser de derechas. Parece como si una persona que votara a un partido nazi, para ser muy exagerados y poder hacerme entender, lo hiciera porque esa opción le permitiera rebajar su sensación de miedo ante el peligro. ¿No parece un poco contradictorio? Con esto a lo que voy es a que, dado un cierto patrón biológico, ¿la respuesta conductual no dependerá de cómo entienda la persona que una opción social "X" da respuesta a dicho patrón? Es decir, que dependerá del discurso que la derecha utilice en cada momento para sentirse más cercano a ella, dando solución a este patrón biológico. En todo caso entiendo lo que comentas, no creas, pero me gustaría poder conocer tú opinión sobre el particular de esta perspectiva más "discursiva" del asunto. Gracias.

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  8. Perdón, creo que no he sido lo suficientemente claro en el mensaje anterior, lo siento. Siguiendo con el mismo ejemplo, una persona con un patrón biológico de ansiedad frente al peligro y que escuche estos dos mensajes, a quién debería votar? A)PP: "Los inmigrantes nos quitan el trabajo, hay que echarlos para que tengamos uno" y B)Izquierda Unida: "El capitalismo liberal ha ocasionado una crisis sin precendentes por la avaricia que tiene, hay que volver a plantear la regulación del mercado para proteger al obrero frente al capital financiero".
    Lo que quiero decir es que la sensación de seguridad buscada, para adaptala al patrón biológico, se puede encontrar tanto en argumentos de la izquierda como de la derecha, parece que lo que importa al final es de qué lado discursivo estemos, en qué construcción social de discursos, significados, etc nos basemos para definir lo que es seguridad. los de izquierda en un paradigma estatalista socialista, etc. los de derechas en otro distinto, liberal o totalitario, etc. En fin, todo esto claro, siempre dependerá de las estadísticas, al fin y al cabo... ¿me podrías indicar links de internet donde se muestren estadísticas de experimentos donde se confirmen estas influencias de lo biológico en lo social? Muchas gracias...

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  9. Diego, creo que en parte tienes razón, y antes de leer tu segunda entrada estaba pensando lo mismo sobre ese dualismo : liberalismo-Estado protector. No obstante, salvo en la defensa del capitalismo liberal que pones como ejemplo, la mayoría de las políticas de derecha, sobre todo las de corte social, suelen ser de carácter conservador -mantenimiento de lo que hay. Tiene cierta lógica pensar en que esa mayor sensibilidad de la amígdala lleve a una menor apertura a la experiencia (rasgo piscológico), y a la defensa de políticas conservadoras (conducta). No obstante, tampoco hay que exagerar y pensar en una relación causal simple. Sin duda, el asunto es mucho más complejo, y en el comportamiento de los electores están implicados muchos más factores.
    Un saludo

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  10. Hola Alfredo, sí, capto lo que dices, y estoy de acuerdo.En todo caso me gustaría insistrir es en que parece raro que un gen tenga la habilidad de identificar significados del mundo, el gen imprimirá ciertas tendencias psicológicas, como el tema de la ansiedad frente al cambio, pero la conducta final va a depender siempre de cómo se considere este cambio, ¿no puede ser que el cambio en determinados casos conceda más seguridad a los individuos? Por decir algo, sobre todo en situaciones de crisis, como la actual, se suele percibir que cambiar de estrategias es lo adecuado para salir de una situación conflictiva. Bueno, en fín, me gustaría saber más acerca del modo en que un gen puede llegar a imprimir en un individuo una tendencia a actuar siempre de una deternminada manera ante un estímulo externo. Dicho así, parece un poco lamarkiano, como si la información genética contuviera información externa, del medio, y además a un nivel muy concreto. Bueno, en fin me estoy repitiendo un poco, es para ver si me pudieras facilitar alguna lectura en Internet sobre el particular. Muchas gracias...

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  11. Hola respecto que los genes influye en la conducta como también que comenta el libro del gen egoísta y he estado analizando que sí posiblemente puede ser que los genes tenga algo que ver también de nuestras acciones.

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